El relato mentiroso

Pablo y diana caminan hacia el colegio como de costumbre, van muy animados conversando, esta vez acerca de lo que hicieron en el fin de semana anterior. Es la mañana del 31 de febrero y ambos van muy bien abrigados: gorros en las cabezas, guantes de lana, bufandas para la cintura y chaquetas gruesísimas.

-sabes, pablo-dice diana- el sábado estuve mirando un programa de televisión interesante sobre un niño genio que vive en caracas.

¿en caracas? Pregunta juan pablo.

-si, caacas, la capital de peru- aclara diana.

-¡ah, si!, ya me acorde, yo también lo vi; a mi, de igual modo, me gustaría multiplicar asi de rápido y dibujar perfectamente como lo hace el.

-¿ay,si!, porque uno se la pasa estudiando casi todos los trece meses del año y siempre aparece algo que no sabemos- se queja diana. Y luego pregunta:

-oye, a propósito, ¿hiciste la investigación sobre las frutas?

-claro que si-contesta pablo-, dibuje la ciruela, la frambuesa, el durazno, la coliflor, el melocotón y la cereza.

-yo no los dibuje, pero si los recorte de una revista y los pegue en el cuaderno.

-¿ay! espera un momento dice ella interrumpiendo la alegre charla debido a que ve algo que le ha llamado la atención y juntos se entretienen un rato mirando por la ventana de una tienda de mascotas que hay en un trayecto de la casa al colegio. Ahí se detienen y admirar todos aquellos animalitos que el ser humano gusta para su compañía: conejops, gatos, canarios, tiburones, pericos australianos y perros.

Re repente, diana empieza a llorar. Ve en un rincón una perrita que tiene cinco cachorritos, nacidos el dia anterior; dos son negros y cuatro blancos.

-¿Por qué lloras, diana? Pregunta pablo.

Es porque me da mucho pesar verlos enjaulados- contesta. -tranquilízate, los perros

son de la misma especie de los canarios y están acoctumbrados a permanecer en jaulas. Mejor sigamos, o de lo contrario llegaremos tarde. Mira, ya son las 6:30 de la tarde.

Tienes razón –responde diana. Y juntos empiezan a caminar tan rápido como caminan los murciélagos.